“Motivar a grupos de la población que tienen algo que decir a que se manifiesten.”
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No Soy Delincuente, ONG Derechos DigitalesA mediados de 2007, el Congreso Nacional de Chile inició un proyecto de reforma a la Ley de Propiedad Intelectual realizada en 1970. La ley no consideraba conceptos clave como bibliotecas y mucho menos la aplicación de reglamentos en medios digitales e Internet. La falta de claridad en la ley dejaba a interpretaciones imprecisas el alcance del uso de distintos medios análogos y digitales para distintos tipos de fines, especialmente aquellos no-comerciales tales como los lúdicos, educativos, culturales e incidentales. La reforma de ley N° 17.336 fue promovida por un grupo de académicos, organizaciones de la sociedad y ciudadanos defensores de la libertad de expresión, de la cultura abierta, de las creaciones comunales y de los derechos de Internet en contra de los feroces medios de comunicación y los políticos. Durante los dos siguientes años, el debate sobre la reforma de ley generó opiniones contrarias, mitos e información dirigida a influenciar a los Senadores y a la opinión pública. En los medios tradicionales, los argumentos presentaban la propuesta de reforma de ley como un mecanismo que evitarían el control de contenidos en Internet de forma que todo contenido podría ser legalmente descargado, mientras que las modificaciones estaban realmente enfocadas a establecer excepciones en la ley de derechos de autor para que los límites del dominio público estuvieran incluidos en la ley, actualizándola a un contexto basado en el uso de Internet. La ONG Derechos Digitales encabezó al grupo de académicos y organizaciones de la sociedad civil en la promoción de la reforma de ley N° 17.336 siguiendo dos principales tácticas de activismo: 1) cabildeo directo en el Senado y medios de comunicación; y 2) involucrar a los ciudadanos en el tema e informarles sobre la relevancia de la reforma de ley en las actividades diarias de la sociedad. ONG Derechos Digitales tuvo una participación constante en las reuniones del Congreso, expresando su análisis, puntos de vista y argumentos a través de su sitio de Internet y en medios informales. Cuando existía confrontación y debate en los medios, ellos mantenían un tono respetuoso y profesional para evitar el daño a su posición en las negociaciones en los debates oficiales de la reforma de ley y las reuniones del Congreso. Sabiendo que al ser un grupo de organizaciones de la sociedad civil estaban en evidente desventaja en los medios masivos de comunicación, la ONG Derechos Digitales logró llegar a audiencias específicas que podrían apoyar activamente la reforma de ley. Claudio Ruíz, Director de ONG Derechos Digitales, identificó esta comunicación como una táctica dirigida a hablar con las personas que podrían defender la causa, en vez de buscar el impacto en un grupo mayor de gente. Una de las tácticas de difusión más efectivas incluyó cuatro videos que explicaban de forma directa, simple y atractiva cuáles eran los puntos clave que la ley propuesta cambiaría. Esta serie de videos estaban dirigidos a la sociedad en general de una forma ingeniosa y divertida. Podían verse a través de YouTube, Vimeo y en un gran número de blogs chilenos con la finalidad de propagarse viralmente y difundir información básica sobre cómo la reforma de ley impactaría la vida diaria. Como Claudio Ruíz diría “el objetivo es que el tema se conversara en la mesa del domingo”. Los videos fueron producidos a un costo muy bajo con la colaboración de artistas y productores de video que apoyaban la causa. Jani Dueñas, una actriz y locutora de radio, fue la principal portavoz en la serie de videos llevando a cabo, con su encanto y sencillez, la tarea de explicar la reforma de ley con casos del día a día. Por ejemplo, era ilegal que alguien grabara un audio-libro para compartirlo con una comunidad de debiles visuales, también podría acusarse a un maestro por fotocopiar un libro como parte de su material de clase de gramática. Los videos motivaron directamente a la audiencia para que reflexionara sobre la incongruencia de la ley de derechos de autor en relación con la vida diaria y los valores de las personas. Los videos informaban también de forma clara que la nueva ley proponía un marco legal congruente y flexible donde las excepciones de la ley serían consideradas de manera que el uso de medios con fines culturales, educativos y otros incidentales no fuera una actividad criminal. Las actividades de promoción de video incluían difusión del enlace a través de redes sociales y también el compartir estratégicamente la campaña con la ayuda de líderes de opinión que apoyaban la causa. También se realizaron eventos virtuales como la "Semana del delincuente" durante la cual se publicaron artículos y videos en un blog muy popular logrando que durante cuatro días, las personas pudieran identificar actividades comunes que eran ilegales bajo la ley de derechos de autor vigente. Ver: http://bit.ly/m7PNsz Los videos de “No Soy un Delincuente” fueron vistos por miles de personas reforzando el conocimiento general de una reforma de ley compleja y tradicionalmente poco popular. Ayudaron a generar presión social en contra de los medios tradicionales y los Senadores. Hubieron casos en donde gracias a los videos y la campaña viral en redes sociales, los líderes de opinión y políticos recibieron comentarios de sus familiares y amigos forzándolos a atender el tema profundamente en los medios y en el Congreso. A finales de 2009, después de largos debates entre Senadores y promotores de la reforma de ley, el Congreso Nacional Chileno votó la última versión de la Ley de Propiedad Intelectual, uno de los marcos legales más progresistas en el mundo hoy en día. HERRAMIENTAS UTILIZADAS : YouTube, Vimeo, blogs, Facebook y correo electrónico Información Entrevistas: » |
“Motivar a grupos de la población que tienen algo que decir a que se manifiesten.”
Andrés Azpúrua,
Voto Joven,
Venezuela
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